Un problema surge cuando existe una desviación entre lo que teníamos previsto que sucediera y lo que realmente pasa
- Por estudio del problema:
Como acabamos de ver sería la forma que garantiza un mayor éxito. - Por omisión:
Es el método que empleamos cuando decidimos frases del tipo «ya veremos lo que se puede hacer» o «tengo que pensar algún día qué hacer con esto». - Por experiencia:
En muchas ocasiones, las decisiones de ayer pueden ayudarnos hoy, pero siempre habrá que tener en cuenta la variabilidad de las situaciones para poder adaptar la situación. - Por presión emotiva:
En el ámbito empresarial no es conveniente tomar decisiones pensando con el corazón en vez de con la cabeza. - Por «democracia»:
Son las decisiones tomadas por consenso, teniendo en cuenta la opinión de los demás y valorando en grupo cuál es la mejor opción. - Por intuición:
Esta forma es muy utilizada sobre todo en España apelando al sentido del emprendedor que, según él, nunca o pocas veces falla. - Por normativa reglamentaria:
Las formas nos vienen dadas sin que exista ninguna posibilidad de modificarlas. - Por azar:
En la empresa no conviene dejar en manos del destino la solución de los problemas. El destino es caprichoso... - Por rutina:
No debería utilizarse nunca. - Por comodidad:
Otra forma que no debe emplearse, pues supone una minimización del problema y puede acarrear desastrosas consecuencias.
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